miércoles, 28 de marzo de 2012

*... Filosofía Post Mortem...*




Uno nunca está preparado para la muerte; ni para ajena, ni mucho menos para la propia… Nos podemos imaginar que (obviamente) algún día va a pasar, y hasta hacernos a la idea o intentar auto convencernos de que sí estamos preparados, pero no… nunca se termina de asimilar; nunca pensamos que puede ser hoy, dentro de un rato, en unos minutos o en apenas segundos. Entonces, cuando la muerte te toca el timbre, aunque no sea para visitarte específicamente a vos, te shockea. Eso es lo que me pasó a mí hace 2 hs.
Me subo al bondi, como cualquier día, y me encuentro con una amiga que me cuenta que ese pibe tan buena onda, simpático, “jodón”, falleció hace 1 mes. No era mi amigo, y ni siquiera puedo rotularlo de “conocido”, porque apenas lo ví en un par de reuniones en la casa de mi amiga, y no voy a ser careta y decir que me dolió porque 
“era taaan bueno”, porque como dije, no lo conocía… pero para ser sincera, desde que me enteré no puedo dejar de pensar en eso, al punto de que acá estoy, escribiendo sobre él después de meses de no escribir algo “profundo” por nada ni nadie.
Es que la muerte te deja pensando, filosofando… y más cuando le llega a alguien tan joven. No porque la juventud sea una especie de inmunidad o semi inmortalidad, sino porque es más complicado asimilar la muerte a manos de un cáncer de un pibe de 24 años. Obviamente puede pasar, pero es más “habitual” (aunque no estoy conforme con esa palabra en este contexto) que un chico de esa edad muera en un accidente, víctima de un acto delictivo, etc… Uno no piensa en juventud cuando piensa en cáncer.
Seguía en viaje, ahora caminando, pensando y pensando medio “ida” mientras las típicas preguntas existenciales que nos enseñan en la materia “Filosofía” de la secundaria, me inundaban la cabeza cayendo a borbotones. No llegaba más! Necesitaba soltar esto de una vez, y mientras se prendía la pc (sí, ya llegué a casa), no aguanté; agarré una hoja de carpeta que me sobró de cuando iba al profesorado, una lapicera, y acá estoy…
Esto no intenta ser un “homenaje” ni "despedida" para ese chico que,  cometiendo sincericidio, debo admitir que no me caía demasiado bien… no por nada en especial, sino porque como dije, era muy jodón, carismático y a mí, que siempre fui la “loca” de mi grupo de amigos, me ponía celosa…
En fin, con todo esto, lo que quiero decir es que nadie tiene la vida asegurada… Hay que dejar de postergar, dejar de tener miedoHay que animarse! hay que ponerle onda a la vida aunque muchas veces (la mayoría) sintamos que es una mierda. Sí, es difícil y hasta cruel, pero es VIDA… Y como siempre, uno no valora las cosas hasta que las pierde, o en este caso, hasta que te da un mazazo en la cabeza la muerte de alguien cercano a vos. Hay que jugársela, porque la vida no espera, pasa.
Y bueno, eso. Siempre me cuestan los finales, así que no esperen nada demasiado poético o demasiado genial. Simplemente quería compartir con ustedes, a los que les interese leerme, este mensaje que es muy trillado pero hoy me doy cuenta que es la posta…

                                       
“…Vivamos cada día como si fuera el último…”

                                                                                                     By Aixa77aquera

miércoles, 7 de septiembre de 2011

*...Venenos del Alma...* MC Romika




Mc Romika - Venenos del alma


Cuando la desilusión me abraza
es inevitable sentir que algo falta.
Le pregunto a la luz de la mañana
¿qué falla?, ¿qué pasa?
¿y por qué sigo viviendo esta farsa?
Ya no suelo por las noches dormir,
es que le temo a este inmenso sentir
¿De qué me sirven los reproches
si no puedo remendar ni aprender de mis errores
y en mi mente escucho voces...?
Y a pesar de que digo que lo intento
(estoy mintiendo)
sumergiendo mi bienestar en un infierno.
Quizás sea lo que siento;
quizás sea lo que yo merezco...
Y al sentirte lejos
escribo entre lágrimas de un dolor,
hundiendo la esperanza en un simple adiós
volviendo atrás con el pasado que me condenó,
viviendo una agonía...
Soy la bailarina que baila sin luz de día.

El veneno que traigo en la piel
Mil noches frías en algún edén
No puedes ver lo que hoy veo
oscuridad en un eclipse eterno.

Por favor cuando me veas llorar, abrazame...
que soy una débil indefensa mujer
que le teme al ayer...;
que sufre de ataques de ansiedad
por no saber estar en soledad...
Y si llora,
será que la pena la ahoga;
y si calla otorga la tristeza de su vals...
Baila esa sinfonía dulce sin final,
esclava de sus propios versos.
Palabras que condenan al dolor inmenso.

Y a pesar que le temo a la inmensidad del mar,
le temo amar porque le temo al lastimar.
Le temo a la vida por no saber vivirla;
le temo a la infancia dulce sin recuerdos.
Quiero un mundo nuevo pero yo lo veo lejos.
No sé lo que quiero, siento que me muero.
Siento que no valoro lo que tengo;
siento que te estoy perdiendo,
que no crezco cuando pasa el tiempo.

El veneno que traigo en la piel
Mil noches frías en algún edén
No puedes ver lo que hoy veo
oscuridad en un eclipse eterno.


¿Qué pasa dentro de mí?
si crecen las ganas de ser feliz
y yo misma no lo quiero permitir
¿qué descubrí? ¿por qué le temo al existir?
¿por qué intento sonreír?
(¿por qué nos dejamos morir?)

La huella de mis pies en la arena queman
La brisa sopla la marea y confunde mis ideas
Me cubrí de apariencias para que no vean
y aunque duela, siempre existe otra manera
de creer que puedo crecer sin temer
Tener miedo siempre no está bien
Querer vencer a un fantasma que se niega a desaparecer;
ver mis ojos fallecer por un ayer
(Alimentando a esta sed)
una canción que no supe entonar
será porque jamás supe conjugar
el verbo "olvidar"
Una metáfora irreal que se vuelve realidad
Pierdo mi tiempo en llorar
en vez de levantarme y avanzar.

El veneno que traigo en la piel
Mil noches frías en algún edén
No puedes ver lo que hoy veo
oscuridad en un eclipse eterno.

martes, 6 de septiembre de 2011

*...Lose MySelf...*




No puedo respirar, siento que me ahogo; quizá eso sea lo mejor que me pueda pasar… ahogarme y dejar de respirar, pero esta vez que sea definitivamente. Ya no soporto más esta vida, ya no soporto más tanto dolor.

Todos avanzan, menos yo; no me encuentro el botón de ON. Vivo en piloto automático y ya no lo aguanto más, pero a la vez no puedo reaccionar. Es como si estuviese dormida y no pudiera despertarme de esta pesadilla interminable que tengo hace años, y sigo perdiendo tiempo… 
Todos siguen, todos avanzan, todos  tropiezan y se levantan… pero yo tropiezo y me quedo tirada; me acurruco entre las piedras y me camuflo con el ambiente como un camaleón para que nadie más me pise, para que nadie más me patee (al menos no intencionalmente)
Es como si todas esas cosas feas que me tocó vivir y de las cuáles salí adelante y más fuerte cuando era chica, hayan llegado a un tope de resistencia, y el repuesto para eso no lo venden en ningún supermercado.
Me siento tan sola. A nadie le importo… (sólo a ella)
Muchas veces pensé la manera de suicidarme, y hasta creo que es una “fantasía” normal que casi todos pensamos alguna vez; pero ahora no es lo mismo… no digo que me vaya a suicidar (aunque quisiera terminar con todo esto de una vez), porque mi princesa me necesita acá y eso es lo que me hace seguir...; seguir en piloto como decía antes y caretearla para que ella no tenga que preocuparse por nada; para que sea feliz (todo lo feliz que nunca pude ser), porque ella no tiene la culpa de que le haya tocado esta mamá.
¿Pero cómo seguir si ya no soporto más esta vida? Si no me encuentro elON, si no me venden un repuesto, si no puedo despertar…

Basta! Basta por favor!

Que alguien tire la toalla por mí… Que alguien pida piedad para que dejen de patearme si ya estoy tirada en el piso hace rato; si no es necesario que gasten más energías en hacerme mierda, porque ya me siento de esa manera.
No me encuentro el ON, pero el botón rojo de autodestrucción lo tengo bien conocido…
Me da miedo pensar en ese día en el cuál me despierte y descubra que ya es muy tarde. Me da pánico saber que muy pronto va a llegar y no voy a poder hacer más nada para cambiar las cosas…, pero ¿por qué no puedo usar ese miedo como incentivo para reaccionar? Qué más tiene que pasarme para que tenga la fuerza de levantarme y jugar mi última ficha, mi bonus track? No lo sé… nadie me sopla esa respuesta, y no me quedan más machetes para zafar. Sólo espero que cuando llegue ese día en donde inevitablemente me enfrente con la respuesta, pueda encontrarle la vuelta para que todo cambie para bien de una vez y sin morir en el intento…

                                                                                                      By Aixa Pertusi