Me está costando mucho dormir últimamente…
No puedo dejar de pensar en las cosas que me pasan, o mejor dicho que no me pasan.
No puedo dejar de preguntarme por qué no puedo ser feliz de una vez…
No puedo dejar de preguntarme cuándo me va a tocar a mi sacar el numero ganador en esta lotería; cuándo mi sapo se va a convertir en príncipe; cuándo mi hada madrina me va a transformar en la princesa que nunca fui; cuándo en mi blog se va a leer un “…y vivieron felices por siempre…”
Qué fue lo que hice tan mal en la vida para que no me toque ni una a favor?
Quizá nunca pueda dejar mi actitud “emo” de lado…
Seguro que el problema soy yo misma, pero no sé qué más hacer para cambiarlo…, y juro que lo intento, pero a mi la suerte no me acompaña. Nunca lo hizo.
Hace unos días, o mejor dicho, unas noches atrás, estaba muy aburrida (para variar) y decidí ponerme a leer uno de los tantos libros que me bajé de Taringa. Como era otra de mis noches emo, elegí “Mujeres que aman demasiado” de Robin Norwood, el nombre te lo dice todo, y el subtitulo (“ Cuando usted siempre desea y espera que él cambie”) más aún…
Está de más decir que me sentí muy identificada con ese título…, y con el subtítulo; y con el índice también!:
INDICE:
1- AMAR AL HOMBRE QUE NO NOS AMA
2- BUEN SEXO EN MALAS RELACIONES
3- SI SUFRO POR TI, ¿ME AMARÁS?
4- LA NECESIDAD DE SER NECESITADAS
El índice sigue pero básicamente esos 4 primeros capítulos describen mi vida entera a la perfección.
El libro empieza con lo siguiente:
“Cuando estar enamorada significa sufrir, estamos amando demasiado.
Cuando la mayoría de nuestras conversaciones con amigas íntimas son acerca de él, de sus problemas, sus ideas, sus sentimientos, y cuando casi todas nuestras frases comienzan con "él...", estamos amando demasiado.
Cuando disculpamos su mal humor, su mal carácter, su indiferencia o sus desaires como problemas debidos a una niñez infeliz y tratamos de convertirnos en su terapeuta, estamos amando demasiado.
Cuando no nos gustan muchas de sus conductas, valores y características básicas, pero las soportamos con la idea de que, si tan sólo fuéramos lo suficientemente atractivas y cariñosas, él
querría cambiar por nosotras, estamos amando demasiado.
Cuando nuestra relación perjudica nuestro bienestar emocional e incluso, quizá, nuestra salud e integridad físicas, sin duda estamos amando demasiado.”
Sin duda (salvo algunos párrafos), estaba hablando de mí, y leerlo me hizo sentir mejor porque al menos sé que no estoy sóla en esto, sé que son muchas las que como yo sentimos que amamos demasiado a alguien, tanto que no podemos distinguir si lo que nos pasa es amor u obsesión…
Así que bueno, si vos que estás leyendo mi blog también te sentís identificada con esto que me pasa te recomiendo ese libro, está bueno.
Ah! En el libro también explica a causa de qué desarrollamos ese comportamiento, y como era de esperarse, se debe a nuestra infancia… recuerdos traumáticos, falta de afecto o demostración del mismo por parte de nuestra familia que nos lleva a una sensación de desamparo que más tarde, de grandes, necesitamos reemplazar con el amor de esa persona que amamos, y que nos lleva a soportar cosas que una persona sin estos conflictos no soportaría…
Eso justamente me recuerda una frase que escuché en otro día en una radio… “ Lo que nos hizo mal en nuestra infancia, luego de adultos, nos lo hacemos a nosotros mismos” (no la recuerdo en exactitud, pero la idea era esa), y es así…
Si me pongo a enumerar hubo muchas cosas que me hicieron ser como soy hoy en día… cosas que me convirtieron en una “Mujer que ama demasiado”, en una desconfiada, insegura, carente de afecto… Algunas fueron más graves, otras más leves, pero al fin y al cabo todas me marcaron de una forma u otra. Desde una infancia con problemas familiares, peleas, discusiones, irresponsabilidades por parte de mis papás, pasando por un traumático descubrimiento de infidelidad de mi papá a mi mamá, hasta un fallido primer amor… (entre otras cosas)
Creo que nunca conté tanto de mí en un post… Siempre escribí de mi presente, de “él”, etc… pero nunca conté cosas tan intimas de mi vida. Igual me parece que estoy abusando con los caracteres. Se está poniendo muy largo el post, y de seguro ya aburrí a los pocos que por curiosidad entraron a ver qué había por acá…, pero bueno, al fin y al cabo este blog nació por una necesidad de desahogo simplemente, y a pedido de un buen amigo y consejero que me dijo que quizá lo que escribo podía servirle a alguien que estuviera viviendo lo mismo que yo para no sentirse tan solo e incomprendido, decidí hacerlo público…
Sí, lo sé… ya termino, ya termino…
Quizá próximamente me decida a exorcizar esas cosas que me hicieron tanto mal en su momento y publique un nuevo post contando un poquito más…
Gracias a los que están ahí leyendo ( si es que hay alguien todavía jaja)
Me despido…
Nos leemos pronto, besos!
